En TRIBU #05: Criar en red: la importancia de no hacer todo solas
Por Flor Sichel | @florsichel
¿Por qué en los chats, con mis amigas madres, pedimos recomendaciones de pediatras, dónde comprar ropa y qué recetas podemos cocinar? ¿Por qué imagino, sospecho, me animo a afirmar, que este tipo de conversaciones no se dan de la misma forma en los grupos de nuestras parejas? Omnipresente, todopoderosa y eterna: ¡hablemos de la carga mental!
Te levantás pensando con qué tarea empezar de todas las que tenés que hacer. Llegás a prepararte el desayuno y, en el medio, preparás viandas, ponés a remojar legumbres para no caer en la pizza todas las noches y dejás anotado a qué hora hay que hacer cada cosa.
Con más o menos ayuda, porque quizás tenés el privilegio de contar con otra persona -también mujer- que trabaja en tu casa dándote una mano, la mayoría de las madres vivimos con la carga mental internalizada.
¿Qué es la carga mental? Ese pensamiento constante, permanente, rumiante, que ocupa ya una parte de nuestro cerebro y que jamás se irá. “Dejá, yo te ayudo”. “No hace falta que te pongas así, podés pedir ayuda”. “Avisame y lo resolvemos”. Esa es la carga mental.
La sensación de que todo depende de nosotras. La sospecha de que, si nos quejamos, le estamos fallando a la idea de amor, de familia, de cuidado. Entonces el multitasking, tan valorado por esta sociedad, empieza a agotarnos. ¿Es un súper poder o un súper castigo poder con todo?
Desde TRIBU quisimos averiguar cómo se llevan las madres de nuestra comunidad con el problema de la carga mental. Frente a la pregunta de cuántas tareas domésticas y de cuidado se ocupan, la mayoría respondió que se ocupan de todas o de la mayoría (¡como un 90% de esas actividades!). También quisimos saber si conversaban con sus parejas al respecto. Todas contestaron que sí, aunque el principal problema aparece a la hora de llevar a cabo esas “micro tareas”. Todo eso que no se charla pero que necesita ser resuelto, como el snack que llevan los chicos y chicas de vianda al colegio o revisar qué ropa ya no les entra a la hora de renovar.
“Solo cuando dejemos de percibir que las tareas del hogar y los cuidados para el bienestar humano no son un problema ni una obligación de las mujeres, sino que se trata de una cuestión social, podremos empezar a liberarnos y dar paso a la corresponsabilidad”, escribe Samanta Villar en su libro La carga mental.
Y entonces no es únicamente llevar al pediatra a un hijo o a una hija, sino también sacar el turno. O no es solo comprar la comida para la noche, sino hacer la lista y prever la compra de alimentos con anticipación.
Como dijeron muchas madres de nuestra comunidad, frente a la pregunta de cómo aliviar la carga mental, necesitamos: “padres con voluntad y responsabilidad”, “que no tenga que pedir o recordar las cosas, sino que se las acuerde solo”, “ver las cosas hechas sin saber que había que hacerlas”, “no tener que marcar todo el tiempo qué hacer, sino que se dé naturalmente”.
¿Todo esto es mucho pedir? ¿Acaso estamos reclamando algo imposible? ¡Claro que no! Las tareas del hogar y los cuidados no son solo una obligación de las madres. Se trata de una cuestión social, y por eso es tan importante hablar de la corresponsabilidad. Si queremos vivir en una sociedad más justa e igualitaria, los cuidados tienen que darlos todas las personas que conforman la familia.
¡Desde TRIBU apostamos por una crianza compartida!
La carga mental es tan invisible que es difícil de explicar, distribuir, comprender, que a veces hablar de ello se vuelve otra carga mental y preferimos hacerlo antes que decirlo. Seguimos asumiendo cosas. Y no lo digo desde culparnos a nosotras, sino que a veces cuesta tanto salir del sistema de nos quedamos adentro, por eso es importante tener espacios/ textos que nos permitan despertar y recordar... No tengo hijos, pero tengo una carga mental de toneladas en casa. Con mi marido la compartimos bastante bien, pero es indudable que soy yo la que está pendientes de todo y señalando detalles que él sencillamente no ve... Eso también agota. No logro imaginar lo triplicada que es esa carga cuando hay niñas/os en el cuidado. Que poco a poco logremos el equilibrio que necesitamos 🙏🏻